Síndrome de abstinencia

Segundo viernes sin ti. Ansiedad no vengas a mi. Me muerdo las uñas sin darme cuenta de ello, me sangran los dedos. Tiemblo, me descontrolo. Ahí estoy otra vez añorándote, enroscada en mi propia espirar sudorosa ¿Música? Estallan mis tímpanos. No quiero quejarme, pero lo hago. Camino. Corro. Leo. Me masturbo. Vuelvo a correr inescrupulosamente evitando las aristas del tiempo. Maldita sea, me rendiré.

Pixies-Debaser


Lidocaína

Aveces veo mis manos y me dan ganas de mutilarlas, arañarlas, arrancarles la piel como si fueran algo ajeno a mi y me estorbaran. Me entra esa compulsión refrenable por dañarlas, me imagino todos los traspiés que tendría de no existir ellas, y me muero de la risa, aunque no pase lo mismo cuando veo a otras personas amputadas de verdad. 

Lo mismo siento con mis pies. Mis pies son torpes y lentos, no los culpo, la torpe y lenta es otra. Sin embargo, a alguien hay que echarle la culpa y para eso son los pies. Desde que tengo 15 años he imaginado qué pasaría si en algún momento un auto me atropellara y quedara parapléjica ¿Qué se sentiría no poder sentir los pies? ¿Se sentirían más ajenos de lo que yo aveces los siento? Luego, imagino también que voy en mi silla de ruedas, testaruda y deprimida, que se me cae algo y al momento de recogerlo me caigo estrepitosamente de lado. Imagino que sufro, y me da risa. 

Me sigo mirando las manos, los pies, y otras partes del cuerpo. Imagino muchas cosas, y no me doy cuenta cuando empiezo a llorar. No se ni porqué carajos estoy llorando, me encanta pensar que son procesos meramente hormonales inherentes a mi sentir, como para sacarle el cuerpo a las verdaderas razones. Al parecer, en el fondo no quisiera dañarlos. Al parecer, no quisiera dañarte nunca, y empiezo a besarte. Te miro de reojo y lloro al imaginar que te sucede algo 'malo', o tu muerte. Tú ni siquiera alcanzas a sospechar lo que sucede, tú ni siquiera alcanzas a sospechar cuanto amor puedes hacerme sentir.

Y así como a las manos les echo crema todos los días, procurando cuidarlas y protejerlas, lo mismo hago con los pies, lo mismo con otras partes del cuerpo, lo mismo contigo. No los cambiaría por nada del mundo, ni por otras manos, ni por otros pies que se pudieran quemar a gusto ¿cuál sería la gracia del impulso?


[No se exactamente qué es el amor ¿quién puede saberlo?, pero supongo que te amo, porque te cuido y no quiero dañarte. Para alguien como yo, que tiene 'manos de ácido', eso es bastante! ... más no suficiente... ¿cuándo es suficiente? Los límites abstractos no existen, solo en el mundo real, solo en el mundo real...]

Desánimo

No puedo creer que ya sea lunes otra vez.

El tiempo pasa tan imperceptible cuando andas ocupado, y uno siempre está lo suficientemente ocupado. La vida de adulto no es tan genial como me la imaginaba de niña. No tienes independencia (de ningún tipo), nunca la tendrás, eso es solo un mito. El mundo te absorbe, te adsorbe, te cataliza...

De pronto todo se vuelve eterno, lento, como si Dios disfrutara verte envuelto en la miserable adultez. Te vuelves tan brillante como un agujero negro. Te dilatas, te diluyes, te pierdes, te vuelves viejo.

De nada sirve nacer con huellas digitales e iris únicos en el mundo...