elegiría tus pecas… en especial esas que tienes en el pecho.
Tus pecas dan alegrías a mi imaginación y a mis dedos:
Recorrerlas con mis lápices mentales buscando
inimaginables figuras escondidas en ellas.
Si tan solo pudiera alcanzar a besarlas todas cada noche
hasta que te quedes dormida y ceda mi boca a mis deseos.
Me dan ganas de comerte los brazos al imaginar que son
chispas de chocolate crujientes, o la corteza de un pan de
queso*,
mientras tanto me conformo con leerlas lentamente
así tal cual como haría un ciego.
[Hablan, y mucho, y siempre me dicen cosas nuevas sobre ti]
No hay comentarios:
Publicar un comentario