RECICLANDO PALABRAS

[Por favor, coloque esta canción mientras lee pausadamente La Renga - Triste canción de amor]

Me deslizo entre sábanas azules y vuelvo a escribir: 
la mentira es una aberración del ser humano.

No quiero quejarme más de lo que ha pasado, sin embargo, no puedo evadir la sensación de vacío y tristeza, esa frustración e impotencia; no puedo hacerme de nuevo la ciega y omitir lo que en verdad siento, el hecho de dar muchas vueltas en la cama, de no querer despertar, la falta de ganas, el mal genio, todo indica que no me siento en mí... 

Anoche soñé que tenía el poder de viajar en el tiempo, quisiera que mi sueño se volviera realidad y retroceder hasta el sábado a las 4 p.m. No pido más. Vaya que es difícil entender la vida, todo te puede cambiar en un santiamén, y uno queda parado en la nada, atrasado en los hechos, y sin ganas de preguntarle a la conciencia exactamente qué pasó. 

Quisiera saber tus motivaciones, volverme controladora, obsesiva, paranoica, espía. Quisiera, por otro lado, volverme indiferente ante ti, que no me importe nada de lo que hagas, pienses, digas o sientes. Pero estoy en la mitad, sumida en pensamientos sin fundamento que no me llevan a ningún lado; sólo escucho música e intento no caer en excesos, aunque también confieso que quisiera un exceso de alcohol, pero estoy tomando antibióticos, así que pailas. 


...[Quisiera no haber descubierto tu lado más descarado]...


Quisiera echar el tiempo atrás y abstenerme de seguir mis voces. Quisiera no sentir que gran parte del sentimiento, la confianza y el respeto se perdió, tal vez en otro mundo, tal vez se me quedó en otro mundo y por eso es que me siento tan incompleta al despertar. Quisiera no sentirme iracunda cada vez que recuerdo tu estúpida conversación, quisiera no sentir tanta desconfianza. Quisiera no andar por ahí a punto de vomitar mi corazón roto entre sopas de sarcasmos e ironías, punzantes y venenosas. 

Me envías canciones hermosas, me das compotas, me dices “lo siento”, y sé que en verdad lo sientes. Guardo mis palabras y mi llanto, en parte porque no me gusta hablar, porque no me gusta llorar, y porque ambas acciones no me sirven para nada. 

Al final lo que me queda doliendo es el orgullo, pero eso tampoco es eterno. Y ya como que tengo ganas de superar todo esto (contigo).

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