Yo comí cerezas encantadas,
con sabor de tarde soleada de agosto
y tuve un cuasiorgasmo instantáneo.
Yo caminé junto a hormigas corta hojas,
bajo centenares de árboles cuyas
historias no cabían en los dedos de mi mente.
Yo vi buenas películas y comí cielos nocturnos,
tomé latte y capuccino de tus ojos y debates,
y mientras las estrellas empuñadas se acurrucaban
en mi intestino, entonces les eche salsa tártara
y sonó misteriosamente esa canción de Beatles
en mi cabeza...
[Sigo enamorada de ti por tus ojos chocolates,
y todo lo que aún no he podido observar en ellos.
Eres indefinidamente, intensamente interesante para mí]
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