Gente común

El mundo marcha con una lógica que no entiendo. O la entiendo y no la quiero aceptar, ya no lo sé.

Me siento corrupta e incompetente hasta la médula, me siento cómplice de los actos de injusticia y la falta de escrúpulos que presencio todos los días en mi ciudad, en mi trabajo, en el país, en el mundo. Me siento a ver televisión o a leer noticias y no puedo hacer más que sentirme profundamente culpable, me hundo en el fondo del sillón queriendo desaparecer ¿Qué puedo cambiar? ¿Qué puedo hacer? Impotente, censurándome constantemente, me siento hastiada de la hipocresía o de lo que se considera “políticamente correcto”. Me siento hastiada de creer que lo único que importa es saber adaptarse para sobrevivir, me siento triste, me siento tan pasiva, como un turista en Cartagena que gasta todo su dinero aunque no entienda nada sobre el trasfondo de lo que ve. Desinformada por los medios que ya ni se molestan en disimular su manipulación, fracaso tras fracaso, viendo las arrugas que aparecen por el trabajo excesivo y las peleas contra las EPS, los bancos o el gobierno. ¿A dónde tengo que ir? ¿Qué puedo hacer? ¿Por qué todo tiene que ser tan difícil para nosotros, la gente común?


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