Estoy sacando mis demonios,
perdonándome por haber sido tan tonta,
reiniciándome, formateándome;
asimilando que esos pedazos de mi vida ya pasaron
y que aferrarme a recuerdos, a cualquier recuerdo
es totalmente inútil. Lo efímero del presente:
esa necesidad insurgente que tengo de evolucionar.
(¿Evolucionar hacia dónde? ¿O en qué? ¿En un Golduck? Já)
Detesto los viajes en bus, en especial las partes en donde mi cabeza se vuelca desmesurada en pensamientos trascendentales al son de una música de fondo (generalmente la del reproductor) y miro por la ventana. Detesto darme cuenta de que estoy pensando en el pasado y en futuro, otra vez. En las cosas que pude haber dicho, o hecho, con más inteligencia, astucia, etc. en las cosas que haré en el futuro inmediato, en las que imagino que haré en el futuro lejano, y los recuerdos de mi niñez (que tengo recurrentemente como para que no se me olviden, así como olvidé completamente todo lo que hice hace dos días). En fin, cosas en las que no vale la pena pensar mucho. Estoy aferrándome constantemente a mi mente disconforme. Me da miedo abrir los ojos y asimilar de una sola bocanada la realidad: voy en un bus lleno de personas con los ojos apagados, y todo parece una película tan distante, tan distante que no vale la pena intentar impregnarse a ella.
[Mírate, estás allí contemplando, y el ahora es todo lo que tienes
y lo que debería importar, pero no es así. Realmente no quieres eso.]
Aún conservo la Agenda de Pablo Neruda y una libreta Hello Kitty (aunque nunca me ha gustado Hello Kitty, me parece empalagosamente absurda), como para no olvidar los respectivos días en que las obtuve. Conservo también muchas otras cosas pequeñas. Abrir mi clóset es como abrir mi pasado, representado siempre en pequeñas cosas, que solo yo puedo leer. Realmente no tengo más nada en este mundo, el presente es tan corto, el futuro no llega como lo espero, y mi memoria es tan limitada...
Soy retazos de memoria de ella, hundida en sus ojos de gelatina verde,
y perdida en una definición de tiempo adimensional…
Tengo la necesidad de aferrarme a algo, como mi pasado que ya no existe (y quedan solo recuerdos vagos en mi cerebro), como pensar en futuros inexistentes también, y creer que después de la muerte viene el cielo o el infierno, porque como Ser Humano que creo que soy, se me parte la mente y la existencia al intentar asimilar la Nada, el Vacío, el Frio, la Soledad, el Tiempo, lo fugaz del Presente, y la incapacidad de conocer la Verdad y la Realidad. Nosotros no somos más que simples espectadores de la Natura, y a su vez hacemos parte de ella. No creamos: copiamos, adaptamos y en algunos casos 'mejoramos' el diseño original.
Nos aferramos a lo que sea: al conocimiento, al dinero, a los recuerdos, a la belleza, al poder... sólo por la necesidad de no dejar la mente a la deriva para que piense estupideces (como todo esto que escribo), por la necesidad de encontrarle un motivo a esta existencia tan casual (o causal), tan meramente atómica, porque nos es difícil creer que no somos tan importantes como queremos ser. ¿Quién soy? ¿Para qué existo? ¿Por qué existo? y ¿de Dónde provengo? son aparentemente preguntas tontas, que de no existir lo que poseemos, no podrían tener ni siquiera una respuesta parcial.
Los 'proyectos de vida' son una mierda, nunca se cumplen,
pero ayudan a soportar un poco más todo esto que llamamos vida.
El futuro no es de nadie, el pasado ya no existe, y el presente es lo único aparentemente tangible.
No hay comentarios:
Publicar un comentario