Cerca del 1/4 de camino...

[Escucha esta canción mientras lee -> Ballad of a thin man - Bob Dylan]

Tengo esa sensación irritante de que mis días
se repiten infinitamente en una espiral de Escher…

Tengo esa misma sensación irritante cuando la gente me habla a pesar de verme con los audífonos puestos. Algunos me tocan el hombro para que les preste atención, incluso me siento obligada a dejar de escuchar música para escuchar las sandeces que tienen que decirme, porque si, porque en sus mentes creen que su voz es mucho mejor que la de Lou Reed, o sus palabras son más importantes que mis pensamientos. ¿Por qué para la gente es tan difícil quedarse en completo silencio? Es ese constante parloteo de unos con otros lo que me saca de quicio. Ellos pasan todo el día hablando, para llegar a sus casas y seguir hablando a través de internet, y siempre tienen algo ‘nuevo’ que decir. Yo sería feliz en un mundo en dónde la gente solo hablara cuando fuera necesario, o por lo menos, cuando estuviese plenamente segura de que su interlocutor está interesado en la conversación. 

Y sin embargo, para compartir un buen momento con alguien no es necesario hablar excesivamente, o escucharlo, hay muchas más cosas por hacer, inclusive, el solo silencio es exquisito cuando se sabe saborear. Para mí, la gente que habla mucho, siempre hace poco, y ciertamente, las personas más interesantes que he conocido (por lo general) son personas parcas, que valoran la tranquilidad, y son un poco apartadas, sobrias en su estilo, incluso llegan a ser aparentemente amargadas, y planean sus asesinatos en silencio, como debe ser no tienen esa necesidad constante de sobreactuar para recibir halagos. Lo mismo aplica a las mujeres: huya de una que grite a los cuatro vientos lo superbuenpolvo que puede llegar a ser. 

Uno va por ahí caminando desprevenido, pensando en las pocas cosas que hacen soportable este mundo, y en la cantidad de cosas que hay que hacer para “triunfar” en la vida [ya me da pereza el triunfo], y pensando en toda esa frustración con la que uno carga constantemente. Pensando en que lo que uno tiende a convertirse: un adulto común y corriente, vulgar, repulsivo, lleno de fracasos y/o éxitos, da igual, lleno de mierda, lleno de sueños, lleno de fotos, lleno de música, y otras cosas ahí que igual hacen bulto… pensando en lo difícil que es para mí asimilar una infinidad de pequeños detalles que van cambiándome con el tiempo, de una manera perceptible, involuntaria y decepcionante, y … ―Hola, disculpa, yo te conozco de algún lado… tú eres la amiga de nosequiencito…―

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