Es tan difícil dejar ir al amor, no así a la pareja.
Avisas que te vas, muy lejos, y desde ya te extraño. Me quedo ensimismado viendo niños jugar y los envidio, los envidio por la facilidad de sus vidas, los envidio mientras pienso en ti, en jugar contigo, tal vez bajo las sábanas. Me convenzo que es mejor para mi tenerte lejos, te echo la culpa de nuestro fracaso aunque se que la culpa es mutua. Tengo ganas de buscarte, de impedirlo, de abrazarte mientras empacas y pedirte que por favor no lo hagas... No te vayas. Pero me quedo pasmado, inmóvil, evitando tu mirada, tu reproche, porque se que en el fondo no te quiero dar lo que tú exiges de mi.
Con que así se siente la tristeza...
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