"Royal O'Reilly Tenenbaum 1932-2001: Died tragically rescuing his family from the wreckage of a destroyed sinking battleship"
NICO - The fairest of the seasons
Lo único que logró perturbar mis deseos de no volver escribir fue la muerte...
creo que he empezado a obsesionarme con ella.
(. . .)
¿Qué
es lo que la gente extraña de los que fallecen? ¿Extrañan solo el
interactuar con esa persona o hay algo más? ¿Extrañan su movimiento, su
manera de hablar, sus gestos…? ¿Lo extrañan para siempre aunque no lo
expresen en público?
La muerte siempre me ha parecido distante, extraña, ajena, como dijo un buen amigo, es como un chisme o un club al que a uno no lo dejan entrar. La tristeza, sincera tristeza en los ojos de algunos, eso es el amor desbordando ya sea por cercanía o extrema empatía, aunque a algunos les parezca inútil sentir amor en momentos como esos. La muerte por si sola es inquietante, sin embargo, la nostalgia que la rodea me parece una de las cosas más bonitas que he presenciado. Los funerales, como los cumpleaños, me recuerdan ocasionalmente de que no somos eternos, y que la única forma de trascender es a través de los recuerdos de otros, del mundo.
A pesar de todo ese derroche de belleza y libertad, por aquello de que creo que la mayoría de la gente desconsolada se muestra tal cual es, a pesar del silencio hermoso y reinante que te permite sumergirte en los pensamientos más profundos con unas ansias ininterrumpidas, a pesar de todo eso no me gusta asistir a los funerales. Yo simplemente no concibo que haya gente tan irrespetuosa que se cargue el dolor, las oraciones o las reflexiones de los presentes con un chismorreo constante sobre lo que hizo y no hizo el muerto mientras estuvo vivo, o los que lobotomizados por la tecnología, osen interrumpir el ambiente con el sonido del maldito obturador (!)
Creo que de los muertos extrañamos el movimiento, porque el movimiento es vida. Y sin embargo, ahí afuera también hay gente que teniendo signos vitales, parecen estancarse para siempre en una misma manera de Ser hasta que se secan por dentro, como los árboles. Si uno mira bien, estamos rodeados de pequeñas muertes, que por pequeñas no dejan de ser significativas.
La muerte siempre me ha parecido distante, extraña, ajena, como dijo un buen amigo, es como un chisme o un club al que a uno no lo dejan entrar. La tristeza, sincera tristeza en los ojos de algunos, eso es el amor desbordando ya sea por cercanía o extrema empatía, aunque a algunos les parezca inútil sentir amor en momentos como esos. La muerte por si sola es inquietante, sin embargo, la nostalgia que la rodea me parece una de las cosas más bonitas que he presenciado. Los funerales, como los cumpleaños, me recuerdan ocasionalmente de que no somos eternos, y que la única forma de trascender es a través de los recuerdos de otros, del mundo.
A pesar de todo ese derroche de belleza y libertad, por aquello de que creo que la mayoría de la gente desconsolada se muestra tal cual es, a pesar del silencio hermoso y reinante que te permite sumergirte en los pensamientos más profundos con unas ansias ininterrumpidas, a pesar de todo eso no me gusta asistir a los funerales. Yo simplemente no concibo que haya gente tan irrespetuosa que se cargue el dolor, las oraciones o las reflexiones de los presentes con un chismorreo constante sobre lo que hizo y no hizo el muerto mientras estuvo vivo, o los que lobotomizados por la tecnología, osen interrumpir el ambiente con el sonido del maldito obturador (!)
Creo que de los muertos extrañamos el movimiento, porque el movimiento es vida. Y sin embargo, ahí afuera también hay gente que teniendo signos vitales, parecen estancarse para siempre en una misma manera de Ser hasta que se secan por dentro, como los árboles. Si uno mira bien, estamos rodeados de pequeñas muertes, que por pequeñas no dejan de ser significativas.
Árboles que caen, árboles que desaparecen… ¿acaso sus fuertes tallos no los hacen parecer inmortales? Y aún así… hay quienes son capaces de remover incluso sus raíces, dejando en su lugar un vacío insostenible, insoportable… ¿a dónde has ido a parar? ¿Cómo será tu existencia ahora que te has desarraigado para siempre de la tierra en la que naciste?
Hoy me llevé una terrible sorpresa y una terrible decepción al pasar por tu hogar y no encontrarte, eras el árbol más lindo de esta ciudad y ya no estás… nunca más estarás.
Hoy me llevé una terrible sorpresa y una terrible decepción al pasar por tu hogar y no encontrarte, eras el árbol más lindo de esta ciudad y ya no estás… nunca más estarás.
1 comentario:
Una lástima que lo hayan talado, de verdad era muy bonito.
Una de las cosas que más me angustian de morir es no dejar un legado. Sería como si nunca hubiese vivido. Este tema es bastante delicado, creo que lo has tomado con propiedad y acierto.
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