Me recuerdo ahí, inexpresivo,
con la mirada distante y esquiva,
pensando en decirte "¡Quédate!,
pero con la certeza de que no
hallarías nunca en mí lo que
con tanto esmero buscabas.
―Seguiré mi camino― dije...
estaba intentando no ser egoísta.
Y sin embargo...
A veces las calles se transforman
en enormes máquinas del tiempo,
entonces recuerdo tu existencia
como si fuera un espejismo,
como algo tan frío, tan lejano,
porque de ti solo recuerdo tu nombre,
lo cual es triste en sí, porque nunca planeé olvidarte.
1 comentario:
Las calles como largas máquinas del tiempo...
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