De naturaleza coqueta y ojos negro fuego,
vas por la calle intentando descubrir tu verdad.
El paso de tus ambiciones, el destino…
El incierto desierto que te encierra,
la mirada más penetrante, cautivante,
nada físico es suficiente para satisfacer mi curiosidad.
Quedamos entonces, habituados a las sábanas
y a orgasmos pasajeros, al cielo nocturno…
Y es tu mente, cariño mío, el artefacto que más me atrae.
Las personas se esmeran tanto en poseer, en tener, que actualmente el éxito (y hasta el SER) se miden porque lo que se posea: posees títulos, conocimientos, actitudes, etc. etc. La competencia natural nos lleva incluso a creer que podemos poseer y manipular al resto de los humanos como si de objetos se trataran. Hay personas que llegan a perseguir a sus parejas, solo para ver con quien se relacionan, y así sentir la “seguridad” para controlar cualquier situación que se les presente. Otras se esmeran por tener siempre la razón, sin sospechar ni siquiera que la razón es libre y promiscua, y no se quedará por siempre en un mismo ser humano. Deseamos poseerlo y controlarlo todo, porque poseer y controlar son dos factores fundamentales para obtener cualquier tipo de Poder (que al final, Poder es todo lo que desean los humanos).
No obstante, llega un punto en el que el poder es aburrido (no aplica para los Egos elevados). De pronto un día te despiertas pensando en que has controlado tanto que ya nada es como naturalmente ES, sino como tú quieres que sea. Ni siquiera tú mismo puedes reconocer tu propia esencia, y empiezas a preguntarte qué sentimientos/pensamientos de todos los que generas se originan realmente de ti. Cuántas vendas tendrás sobre tus ojos. Cuántas vendas, que no te dejan ver, asimilar y aceptar la realidad. ¿Será el autoengaño otro método de supervivencia? La verdad siempre es rechazada con dolor. Tal vez, conocer la realidad no es tan importante como siempre lo hemos pensado, pues, toda nuestra cultura está hecha como un tributo a la mentira, a la vanidad, y a la falsedad.
Uno se acostumbra tanto a los celos y al control, que si no aparecen, uno llega a pensar que se debe a una falta de interés de nuestra parte por el objeto en cuestión (en ningún momento pensamos que tal vez es por los niveles de oxitoxina en nuestra sangre ¬¬).
Anoche soñé que mi cara estaba destruyéndose. Comenzó desde una quemada que tenía en la nariz, y se expandió hasta que se me cayó el ojo izquierdo. No me dolió, pues era consciente de que estaba en mi sueño. Ayer di el primer paso para asesinar a una de las Siday que habitan aquí: la controladora. Y me dolió. Cada paso será un dolor necesario, de esos dolores que dejan una sonrisita agridulce.
[Hoy murió el Joe, y no quise escribir algo sobre él, porque sé que más de la mitad de Colombia lo está haciendo. Queda su música, que es algo único]
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