Empezar a pensar antes de despertar, y no después de abrir los ojos o escuchar el despertador, como debe ser...
Soñar con ser consciente de que se está dormido, inmóvil en la cama; intentar hablar y no poder hacerlo por no sentir la boca ni el cuerpo. Entonces crees despertar, te levantas vas a la cocina e intentas tomar agua, pero por más que pruebas el agua no se te quita la sed, y es ahí cuando te das cuenta de que sigues dormido, inmóvil en la cama, sin poder hablar y sin poder sentir el cuerpo. Y así el resto de la noche...
Tener sueño, como nunca a las 12:30 a.m., te brillan los ojos y bostezas felizmente. Entonces, te vas a dormir y empiezas a soñar que estás hablando, debatiendo incluso, o buscando cosas que ni siquiera te interesan realmente. O tener sueños húmedos que son igual de desgastantes. Empiezas a aterrarte cuando recobras la consciencia a mitad del sueño y todos empieza a ocurrir tal como tú lo deseas. No es una pesadilla, no hay demonios ni seres sobrenaturales, pero te sientes atrapado e inquieto. Te sientes como un vegetal.
Ver algo o a alguien, estar en algún lugar relativamente desconocido, o escuchar a la gente hablar en otro idioma. Le das nombre a lo desconocido sin tener certeza de ello. Te levantas, buscas el nombre "nuevo" y descubres que el 'objeto/animal/persona/lugar' en cuestión si existe, tal cual como lo soñaste. O soñar con resolver ejercicios, ecuaciones, manejar algún software, o cualquier cosa relacionada, que es lo mismo.
O tener insomnio... que es peor que todo lo anterior.
En cualquier caso, la mente no descansa, nunca descansa, nunca se apaga; y uno termina hastiado de las mañanas, hastiado de las noches, hastiado de sí mismo, de ver, de pensar, de hablar y de escuchar. No lo soporto.
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