Sin luz, sin agua, sin teléfono

9 horas sin fluido eléctrico fueron más que suficientes para terminar de convencerme de que vivo en un pueblo grande, caliente, y deficiente. Para colmo, cuándo la cosa no podía ponerse peor, cortaron el servicio de agua. Entonces, sin agua y sin electricidad, en una tierra polvorienta en la que el sol muere en mi ventana, y yo muero de calor con él.

Y espero que no llueva, porque con la mala suerte que tenemos, se terminan de caer el resto de las torres de Electricaribe, y así si no habrá aire acondicionado que valga, ni planta eléctrica que nos pueda salvar. Sin luz, sin agua, sin teléfono fijo, y sin poder cargar el celular. Falta que corten el gas. ¬¬


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