Auténtico

En medio de delirios,
en medio de soledad,
hoy me convertí en volcán.

Que soledad tan tangible,
que soledad tan auténtica,
es saber que el día que muera
también será así: En silencio.


Superficial yo?

Me he vuelto lo más superficial de este mundo, o al menos en mi manera de pensar, ahora abarco todo lo que alguna vez catalogué como insulso. La música que escucho, las cosas que leo o lo que hablo, todo hace alusión a lo que alguna vez miré desde lejos, como si eso no fuese conmigo, y nunca me fuese a tocar. Lo peor de todo es que me siento bien. O al menos eso creo.

Compré mi primer producto apple, aunque siempre me había resistido a comprar cosas de esa marca. Y cuando lo estaba pagando sentí como si me estuviera matriculando en algún tipo de religión. ¡Dios mio! Ni ir a la iglesia algunos domingos me había hecho sentir tan contenta y tan culpable al mismo tiempo. 

Me descubrí a mi misma viendo embobada E! entertainment, y criticando los vestidos de las celebridades como si yo fuera la experta en moda que no se viste de jean, camiseta y tenis casi todos los días de mi vida. Me descubrí viendo un reality de transexuales por VH1, viendo gatos en la web y buscando los antes y después de los actores de los años maravillosos. ¿Por qué pierdo mi tiempo así? Incluso he cometido los peores errores ortográficos de mi historia: olvidé por completo como se escribía la palabra 'vacaciones', y escribí 'bacasiones'. Dios mio, no quiero ni pensar qué será de mi vida si sigo por este camino.

El otro día iba en el bus, y me topé con la canción "Street Spirit" de Radiohead, una de mis canciones favoritas. Siento autentica vergüenza conmigo misma al admitir que pasé la canción y me quedé escuchando una de LMFAO (¡tengo LMFAO en mi reproductor! ¡Soy la peste andante!). Antes escribía escuchando a Tom Waits, ahora escribo esto inspirada en Foster The People, y Siday solo se queda viéndome con cara de 'vamos a ver hasta dónde vas llegar'.

Cruzo los dedos para que esto no llegue hasta las películas. No quiero saber que pensaré de mi si llego a esconderme para ver (y llorar con) alguna película romántica, o cuando llegue a preferir alguna película de Hugh Grant frente a Mr. Nobody... por poner un ejemplo.

Cortenme las manos si llego a coger algún libro de Coelho. 


¿Autodestrucción?

Ámame como a ninguna, 
en aquella ventana que da a la libertad
y que me recuerda siempre que alguna vez
fui golondrina, y otras veces
 fui gavilán.

. . .

Sólo ida

Comprar un pasaje en avión a cualquier parte, y tener la valentía de viajar. 

Porque viajar cerca, con la seguridad de que siempre podemos regresar fácilmente, eso lo hace cualquiera, en cualquier momento.

Los motivos absurdos nos mueven. Y por motivos absurdos me refiero a que siempre necesitamos 'algo más' para realizar las cosas que deseamos, que el simple deseo de hacerlo. Siempre necesitamos la excusa: viajar por estudios, por trabajo, por amigos, por escapar, por vacaciones. El razonamiento interminable de los sentimientos, como para no desbocarse en el intento de vivir.

Lo mismo pasa con un lienzo en blanco, con un blog, con una relación estancada, con nuestra propia imagen enfrentándonos del otro lado del espejo y obligándonos a reflexionar sobre lo que hacemos en nuestro día a día. Lo queremos todo bajo control ¡Maldita sea! No puedo esperar a que amanezca para descubrir qué es lo que mis ojos me van a decir, o para ir a comprar ese dichoso pasaje.


Ironías de la vida [No.1]

Que siendo ateo vayas a hacer las prácticas pedagógicas en un colegio x, y de todas las materias existentes te toque dar religión.


Cada vez que te vas... o me voy.

Fueron sus enormes ojos marrones los que despertaron en mí aquel amor desconcertante, inmenso e irrefutable... otra vez.

Me embargó el desespero por lo incierto del destino. No sabía si volvería a ver sus ojos temerosos y distraídos, no sabía si volvería a escuchar su molesta voz que ahora extraño, y fue entonces cuando la abracé... 

Las despedidas nunca han sido lo mio.


01 de octubre

Me gustaría sobrevolar la ciudad contigo y tirarnos contra el cielo para chocar la cara contra las nubes y que lluevan nuestros dientes como si fueran crispetas estrelladas. ¡Crispeta con sangre pa'todos! ¡Para que se pinte el atardecer de rojo!


Busco dentro de mi y son tantas las cosas que han pasado, unas cíclicas y otras lineales, que no me queda tiempo de registrar todo... 

Todas las palabras se me quedan atoradas en los dedos, y pierdo el impulso. Creo que me da pereza escribir. 

La rutina es mi cáncer cerebral. 

Casi un mes con mi cáncer cerebral. Escuchando mi nombre proveniente de mil bocas conocidas y no. Todas llamandome 'Siday', y yo atiendo desconcertada, como dudando de que sea conmigo. Nada ha cambiado esencialmente. 

Pero me siento indescriptiblemente bien 
[Sonrisa]