Comprar un pasaje en avión a cualquier parte, y tener la valentía de viajar.
Porque viajar cerca, con la seguridad de que siempre podemos regresar fácilmente, eso lo hace cualquiera, en cualquier momento.
Los motivos absurdos nos mueven. Y por motivos absurdos me refiero a que siempre necesitamos 'algo más' para realizar las cosas que deseamos, que el simple deseo de hacerlo. Siempre necesitamos la excusa: viajar por estudios, por trabajo, por amigos, por escapar, por vacaciones. El razonamiento interminable de los sentimientos, como para no desbocarse en el intento de vivir.
Lo mismo pasa con un lienzo en blanco, con un blog, con una relación estancada, con nuestra propia imagen enfrentándonos del otro lado del espejo y obligándonos a reflexionar sobre lo que hacemos en nuestro día a día. Lo queremos todo bajo control ¡Maldita sea! No puedo esperar a que amanezca para descubrir qué es lo que mis ojos me van a decir, o para ir a comprar ese dichoso pasaje.
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