El Gran Colombiano

Tanta expectativa que tenía en el dichoso título, estoy indignada, amargada, encolerizada. Que Uribe haya ganado el título de El Gran Colombiano, elegido por los colombianos, lo único que me demuestra es que este país no tiene esperanza, y es por su gente, esa asquerosa gente regalada que por unos cuantos pesos y unos cuantos festivales olvidaron toda la corrupción, las masacres y el sufrimiento que perpetuó ese señor durante su mandato.

Este país no tiene esperanza, su gente alaba al opresor en vez de revelarse, y todos mueren por tomarse una foto al lado del presidente de turno, porque disque eso les sube el estatus. NO LO ENTIENDO. Tenía la esperanza, en verdad la tenía, de que los colombianos levantaran sus culos flácidos del frente de la televisión y salieran a las calles a protestar por todos los años que nos hemos tenido que aguantar de malos manejos administrativos, injusticias, impunidad y corrupción, tenía alguna esperanza de que despertáramos del letargo e hiciéramos algo parecido a Brasil (por poner el ejemplo más cerca que tenemos). Pero no, todas esas esperanzas se esfumaron hoy, se esfumaron para siempre, HOY acabo de decidir que no me sentiré más colombiana, y me quejaré amargamente como si fuera la primera vez que me rompen el corazón!

Tiro la toalla con este país, que ahora empieza a despertarme ese sentimiento de asco inmensurable. Si han elegido a Uribe como el Gran Colombiano, lo único que demuestra es que la mayoría de los colombianos son gente doble moral, cínica, bélica, metiche, pendenciera, egoísta, narcisista y adictos a un falso poder regional del cual abusan para enriquecerse a costa de la desgracia del otro. Oh! Esperen! Ahora no se si estoy describiendo a Uribe o al colombiano promedio. 

Hubiese preferido que ganara mil veces la cuasi argentina-española de Shakira, al menos cuando mueve las caderas no deja a miles familias sin recursos o sin hogar.

Estado mental: desconcertado

He vuelto a soñar con aquel oscuro lugar, no lo reconozco pero sueño que es de noche, y que aunque parece un bosque, está rodeado de edificios viejos no tan altos. Lo asemejo más bien como a un parque natural dentro de una ciudad. Volví a soñar que estaba consciente de que podía volar, bueno, más bien flotar, y que por alguna razón no podía ver mi propia cara. A diferencia de la vez pasada, que hablé con personas conocidas, esta vez no vi ni hable con nadie, salvo un ángel vestido de traje café (?) que me dio un reloj de pulso dorado. Acabo de levantarme exaltada después de tener esa pesadilla, seguida de uno de los tantos episodios de parálisis del sueño que me dan, lo cual es una sensación horrible, pero uno se termina acostumbrando.

Me gusta más cuando mi subconsciente no se pone tan trascendental.

Sístole para ti, diástole para mi

[Escucha esto mientras lees Radiohead - Weird Fishes]

Me gustan un millón de cosas de ti,
mentiras, no alcanzan ni a las 100,
pero lo que me gusta es suficiente para darme
cuenta de que no quiero escapar de ti...

No sabes cuantas veces he fantaseado
con desaparecer de tu vida, dejarlo todo,
autosabotearme y comenzar de nuevo,
pero sin ti. Ponerme al límite.

Al final del día me encuentro contigo,
te miro y todas mis fantasías acaban,
todas mis ganas de huir de ti acaban contigo,
con tu mirada, con tu boca, con tu voz ¡Maldición!

Me sigo sorprendiendo al darme cuenta
de lo mucho que te deseo. Incluso charlar contigo.
Me sigo sorprendiendo de lo mucho que deseo 
que estés en mi vida aún cuando seas viejo. 

No pido que me aplaudas, ni que sientas lo que yo,
pero puedes estar seguro de que cuando te digo "te amo"
es completamente cierto. 
Te amo.
A veces me asusto porque estoy casi segura de que la evolución se sigue presentando en los detalles y animales que pasan desapercibidos para el hombre... y uno ahí como si nada, pensando en que el mundo es estático desde hace décadas o esperando a que al elefante le salgan alas, o a los x-men. ¿Seremos capaces de adaptarnos? ¡Claro! Nuestra capacidad de destrucción de nuevas (y viejas) especies es infinita.

Otras vidas

Todos los días leo algo nuevo, me quedo con algo de los otros, de esos que han llegado a mí, o yo a ellos por pura casualidad (quiero pensar así). Leo a través de sus timeline, de sus blogs o de sus libros como ven ellos el mundo, o como lo han visto porque muchos de ellos son escritores que han muerto.

Cada uno con un estilo marcado, único a su modo. Pretendo entenderlos, me imagino viviendo sus vidas en lugares descrito por ellos o inventados por mí. He llegado a imaginar que soy ellos, recreando posibles personajes y entornos, y situaciones cotidianas. Imagino que soy cada uno de ellos en sus vidas, caminando por la calle mientras observo, o recostado en una silla recordando algún trabajo pendiente, la simpleza de dormir o cepillándome los dientes. Imagino sus sentimientos cuando besan, fornican, se deprimen, siente cólico, o cuando ocultan algunas emociones, por decir algunas cosas. Llego a creer que soy ellos, y que a ellos les importa un rábano lo que yo pueda pensar. Me gusta así.

Escribo esto mientras mi mente está con mi abuela, la que me crió, la que me dice (decía) muñeca. Escribo esto porque no puedo dejar de imaginármela cuando joven, cuando se casó, cuando aprendió a leer, o cuando se dio cuenta de su irrefutable pérdida de memoria, si es que se ha dado cuenta. Hoy volvió a casa y me miró, me miró por largo rato, con esa misma mirada que yo coloco cuando no reconozco a alguien a quien debería reconocer. Uno aprende a vivir sacándole el gusto a las enfermedades, en especial a las hereditarias. Mi abuela siempre me pregunta si quién es ese muchacho (señalando a mi hermano) y yo le invento cualquier historia absurda, insiste en regresarse para su casa (una que ya no existe desde hace años) y yo le sigo el juego, o me cambia el nombre de tanto en tanto, porque para ella soy otras personas, y yo saco partido contándole otras vidas, todas falsas pero es como si fueran ciertas, porque ella las cree y se entretiene, hasta que me descubre y me llama “¡mentirosa!” mientras se ríe. Todo eso lo disfruto, espero que ella también.

- ¡¿Para dónde va la señora?!
- Para mi casa... ¡en Planeta Rica!

Confesión [8]

Me gustaría que me descubrieras,
que acariciaras mi cabeza, que besaras mi frente,
que vieras más allá de mi piel, de mis huesos,
que nos enamoráramos uno del otro, otra vez,
sin tener certeza de quienes somos realmente...

Me gustaría volver a verte en ese lugar alterno,
donde la materia no es capaz de llegar pero todo
resulta extrañamente familiar, y en el mar.

Françoise Hardy - Le Temps de l'Amour

Él me abraza fuerte,
y yo quiero fundirme con él...
pero siempre seguiremos siendo DOS personas distintas.