Sueño que soy Segismundo



Las obsesiones marcan tendencia en esta temporada decembrina. Obsesiones de todos los tipos y tamaños se consiguen en las calles de las ciudades pequeñas y grandes. En los bares, por ejemplo, algunos al tomar cerveza arrancan la etiqueta de las botellas como si de un ritual se tratara, mientras que otros no pueden soportar pisar las divisiones de los andenes, salir vestidos con colores que no combinen o tener una leve arruga en la camisa. Obesiones occidentales después de todo, obsesiones prefabricadas para gente como nosotros. 

También hay muchas obsesiones que nos abordan a la hora de dormir. Algunos aún le temen a la oscuridad o necesitan verificar mil veces que todas las puertas y ventanas estén correctamente cerradas. A mi me obsesionan los episodios de parálisis del cuerpo que me dan recurrentemente en las noches, los números y la muerte. Me he obsesionado tanto con eso que no puedo dejar de ver combinaciones numéricas 'curiosas' en todas partes, en especial cuando paso toda una noche soñando que veo pasar las horas en el reloj. Como si se tratara de una broma macabra de mi inconsciente, tampoco puedo despertarme si lo deseo. Al final del sueño, casi siempre muero, y el dolor y la agonía se sienten tan reales que llego a cree que estoy muriendo de verdad.

Y tal vez no me equivoque del todo. Todos los cambios que experimenta nuestra personalidad podrían interpretarse como la muerte o la reinvención de los personajes que llevamos dentro. Entre más vivimos, más soñamos, más aprendememos y más muertos estamos. Muchas personas que antes eran cercanas, ahora no me reconocen, ni yo los reconozco a ellos. Los veo a los ojos y veo simples cuerpos, digo sus nombres, pero no hay mucha emoción "¿Quiénes son ellos que me acusan de no ser Yo?" pienso muy a menudo. ¿Estoy despierta o estoy soñando? ¿Ellos existen o todo es mera ilusión? Todo ocurre tan fugaz frente a mis ojos. Todo es mera ilusión.
 
"...Yo sueño que estoy aquí
de estas prisiones cargado,
y soñé que en otro estado
más lisonjero me vi.
¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño:
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son."

Segismundo

[Pedro Calderón de la Barca, La vida es sueño]

Gente común

El mundo marcha con una lógica que no entiendo. O la entiendo y no la quiero aceptar, ya no lo sé.

Me siento corrupta e incompetente hasta la médula, me siento cómplice de los actos de injusticia y la falta de escrúpulos que presencio todos los días en mi ciudad, en mi trabajo, en el país, en el mundo. Me siento a ver televisión o a leer noticias y no puedo hacer más que sentirme profundamente culpable, me hundo en el fondo del sillón queriendo desaparecer ¿Qué puedo cambiar? ¿Qué puedo hacer? Impotente, censurándome constantemente, me siento hastiada de la hipocresía o de lo que se considera “políticamente correcto”. Me siento hastiada de creer que lo único que importa es saber adaptarse para sobrevivir, me siento triste, me siento tan pasiva, como un turista en Cartagena que gasta todo su dinero aunque no entienda nada sobre el trasfondo de lo que ve. Desinformada por los medios que ya ni se molestan en disimular su manipulación, fracaso tras fracaso, viendo las arrugas que aparecen por el trabajo excesivo y las peleas contra las EPS, los bancos o el gobierno. ¿A dónde tengo que ir? ¿Qué puedo hacer? ¿Por qué todo tiene que ser tan difícil para nosotros, la gente común?


¡Sonríe!

Si pudiera volver a un lugar, no sería a la cama,
sería a Salento, a ese mirador,
a desvanecerme en ese atardecer que transcurría
mientras la fría brisa despeinaba mi cabello
y se llevaba mis átomos con ella;
volvería a sentarme en el mismo columpio,
volvería a tomar esa misma foto
que sigo viendo todos los días antes de trabajar.
Volvería a sentirme parte de todo,
inmensa por dentro, como si fuera el universo
el que latiera fuerte dentro de mi pecho,
y sonreír.

. . .
Veo un sol, soy sol.
y me trago el sol porque también soy iguana.
Quiero ser mar, quiero ser topo, topo naríz estrellada.
Quiero ser la calva de Schopenhauer,
la diastema de Madona y las orejas de Kafka.
El dedo torcido de todos los pies.
Soy orgasmo o difractograma, uno a la vez,
soy tu cereal con leche en la mañana,
soy de la tierra caliente colombiana,
y aunque siempre tenga fría la piel,
cierro los ojos, todos los ojos, y ahí está el sabor.


. . .

Me siento mejor persona cuando escucho música...
Me dan ganas hasta de coquetearle a la vida (!) y hoy soy feliz.
Louis Armstrong - When you're smiling


Divagando

—Uno va al psicólogo para que le digan cómo seguir siendo el mismo hijueputa de siempre, pero sin parecerlo. Para parecer socialmente aceptable. Para aprender a ser 'normal'...

Yo no puedo entender, no puedo comprender como es que el propio cerebro que yace en la cima de este cuerpo y es quien está escribiendo esto y soy yo, pueda enviar la orden a mis manos de coger un martillo y tener muchos deseos de partirme la mandíbula, sacarme los dientes y abrirme el cráneo en una afán de sentir dolor y autodestrucción. ¿Por qué se hace sufrir a sí mismo de esta manera? ¿Por qué imaginar y desear ese tipo de cosas? ¿Por qué usa mi propia voz para fastidiarme o no dejarme dormir por las noches? No lo comprendo. Es tan confuso su mero funcionamiento que realmente no sabes si tus propios pensamientos se generan realmente en ti, o es una influencia externa que captas inconscientemente del ambiente y te lleva a la autodestrucción, como si estuvieras afanado por ser como la mayoría de los seres humanos que van autodestruyéndose paulatinamente mientras caminan a tu alrededor... ¿Por qué la ‘autodestrucción sutil’ si está bien vista y la ‘definitiva’ no?

—Siday, o como te llames, si ya decidiste que no ibas a suicidarte, no lo piense más. Si ya decidiste que no te partirás la propia quijada a punta de martillazos, entonces no lo piense más. Si no te atreves a reventarle la cara contra el vidrio al señor que te frota en el bus, entonces apártate de él y no pienses en ello. Si ya decidiste que adoptarás los diferentes placebos que te ofrece el mundo para poder sobrellevar la existencia, entonces ríndete, acepta tu realidad y adopta las posturas que creas convenientes, pero por el amor de Dios deja la pendejada ya, deja de atormentarte todos los días buscando respuestas que nunca NUNCA hallarás.

Hay gente que piensa, y está en todo su derecho de tener ese punto de vista, que es una pérdida absoluta de tiempo intentar conocerse a sí mismo. En lo personal, nunca me he sentido capaz de absorber el conocimiento que otros han creado, simplemente porque si, sin tener en cuenta el aprendizaje de lo fundamental, el origen de dicho conocimiento o porque me parezca "cool" tirármelas de sabelotodo intelectual frente a las amistades. No, yo no me siento capaz de tragarme el mundo sin poder sentir en mi boca el detalle de cada sabor, de cada uno de sus componentes. Quiero entender cómo es que funciona mi propio cuerpo, mi propia mente, mi propio espíritu (si es que lo hay), para poder entender luego cuáles son las motivaciones de la gente, cómo es que funcionas tú, que tipos de pensamiento eran los que surcaban las mentes más brillantes de antaño, cómo veían el mundo, por qué lo veía así y cuál fue el camino que tomaron para llegar a "ese" conocimiento que luego compartieron con todo el mundo y del cual hoy disfrutamos.

Quiero, entre otras cosas, entender cómo es que tú y yo coincidimos aquí, justo aquí, en esta probabilidad de vida y no en otra, y por qué se nos niega tener la consciencia suficiente para adoptar otras posibilidades de vida al mismo tiempo que esta, o para saber si existimos o no en otros cuerpos y en otras eras, al mismo tiempo que lo hacemos aquí, por ejemplo, por establecerlo en algún sentido absurdo y/o errado de la idea. ¿Por qué debemos ser UN sólo SER existente, y no varios? ¿Por qué si nuestro cerebro es tan magnánimo, complejo y sorprendente, nos impide tener acceso a toda la información que captamos consciente o inconscientemente, o nos impide (incluso) tener acceso a él mismo? ¿Por qué parece que fuimos creados para 'tragar entero', o para nunca poder tener la información completa de la realidad objetiva, tal cual como sucede?

—¿Qué pasa? Estás muy negativa...

Solo estoy divagando... Elliott Smith - Going nowhere

Nada sucede por casualidad...


Una mujer embarazada en la ciudad de El Paso, Texas, fue apuñalada brutalmente en la cara y el vientre mientras hablaba por “FaceTime” con su marido. Durante el apuñalamiento, la víctima reconoció a su agresor y gritó varias veces el nombre a su marido, quien seguía en el teléfono, dijo a CNN el detective Mike Baranyay. El sospechoso, identificado como Corey Bernard Moss, declaró que la víctima le debía dinero por la reparación de vehículos.

Muchos de los miles de dominicanos que afrontan la pérdida de su nacionalidad tras una decisión del Constitucional malviven en los decrépitos ingenios de azúcar donde trabajaron sus ascendientes haitianos.

Adolescentes paraguayas lloraron por Justin Bieber.

La familia de un niño de tres años que falleció en un incendio se muestra indignada por el comportamiento de la Policía de la ciudad Luisiana, que usó una pistola eléctrica para impedir que el padrastro del menor volviera a la casa en llamas para salvar al niño.

La Sección Tercera del Consejo de Estado ordenó la reparación integral de una mujer y su hija menor de edad por la pérdida de su esposo y padre en la toma efectuada por las Farc en contra de la estación del municipio de Barbacoas, Nariño, en hechos registrados en junio de 1997.

Hace 31 minutos: Un hombre de 45 años ha sido trasladado hoy a un hospital tras arrojarse por la ventana de una vivienda unifamiliar de Tomares (Sevilla) y apuñalar a su pareja de 50 años y a una menor de 14 años, que han sido trasladadas a otro hospital.

Se triplica el número de inmigrantes "huérfanos" en EE.UU.

. . .

Todo tiene un propósito, los relojes te dicen la hora, los trenes te lleven a algún lugar. Así que pensé que el mundo entero era una gran máquina. Tú sabes que las máquinas nunca vienen con piezas extra. Yo no podía ser una pieza extra. Tenía que estar aquí por alguna razón y eso significa que tú estás aquí por una razón también.” Hugo (La invensión de Hugo Cabret, nominada a once premios Oscar, siendo la más nominada del año, figurando en categorías como Mejor director (Scorsese) y Mejor película, recogiendo un total de cinco galardones. Asimismo, fue nominada a 3 Globos de Oro, ganando Scorsese su tercer Globo de Oro al mejor director y obtuvo 2 Premios BAFTA).

[Sin comentarios]


¡¿Es en serio?! ¿Cómo pueden seguir pensando así? ¿En qué burbuja viven? Yo también quiero vivir ahí...

. . .

Soy un pastelito horneado de canela,
te sueño en las noches de angustia,
ay... no quiero levantarme nunca,
y en la mañana te diluyes con la niebla,
ay no, quiero ir al baño...
¿cómo estás? ¿has soñado conmigo?
piensa... piensa...
¿quién eres ahora?
piensa... piensa...
¿aún eres real?
Ah... me levantaré.

El sentido de la vida

Fuera de las pesadillas (que son muy recurrentes), ¡me gustan mis sueños! me siento más viva en ellos que en la vida misma. Transfiguraciones constantes... solo para terminar siempre en la misma cotidianidad. Hay que tener mucha 'alma' para poder aventurarse al mundo. Déjese llevar por la música mientras lee: The Vines - Autumn Shade


Es feo sentirse solo, completamente solo, buscar apoyo y no hallarlo, tal vez por falta de comprensión, comunicación o empatía; es feo tener un sueño maravilloso en el que vuelas sin preocupaciones para luego abrir los ojos al minuto siguiente con el monotono ruido del despertador. Se siente un vacío terrible cuando uno se da cuenta de que constantemente se está despertando al mundo, despiertas a lo que supones que es la vida, con la misma facilidad que despiertas de lo maravilloso de las relaciones interpersonales, y la adultez a veces es el estado más solitario y vacío que puedas experimentar.

¿Para qué vivimos? ¿Por qué esperamos que el sentido de nuestra existencia nos sea revelado de alguna manera especial? Es más, ¿por qué hablamos de 'sentido' en singular y no en plural? Al fin y al cabo, la vida es un cúmulo de cosas, los hombres somos un cúmulo de cosas, virtudes y defectos por doquier, no podemos esperar que todo transcurra linealmente, somos más bien como árboles, todos con formas dendriticas, fractálicas también, o cíclicas tal vez. O puede que realmente nuestras existencias no tienen ningún sentido ¿por qué deben tenerlo? El ser humano empezó a sentir vacío desde que empezó a buscarle utilidad a todo lo que le rodeaba, nos cuesta demasiado aprender a dejar de ver todo como simples herramientas para nuestros deseos egoístas. 
Es como preguntarse para qué existe el mundo o el universo ¿para ser descubierto por nosotros? Eso es demasiado tonto y egocéntrico.

El conocimiento es placer

[Estas son las palabras del presidente uruguayo 'Pepe' Mujica en el encuentro con los intelectuales, el miércoles 29 de abril en el Palacio Legislativo. El discurso completo lo pueden encontrar aquí: http://www.pepetalcuales.com.uy/articulo/10/]


Necesitamos masificar la inteligencia, primero que nada para hacernos productores más potentes. Y eso es casi una cuestión de supervivencia. Pero en esta vida, no se trata sólo de producir: también hay que disfrutar.

Ustedes saben mejor que nadie que en el conocimiento y la cultura no sólo hay esfuerzo sino también placer. Dicen que la gente que trota por la rambla, llega un punto en el que entra en una especie de éxtasis donde ya no existe el cansancio y sólo queda el placer. Creo que con el conocimiento y la cultura pasa lo mismo. Llega un punto donde estudiar, o investigar, o aprender, ya no es un esfuerzo y es puro disfrute. ¡Qué bueno sería que estos manjares estuvieran a disposición de mucha gente! Qué bueno sería, si en la canasta de la calidad de la vida que el Uruguay puede ofrecer a su gente, hubiera una buena cantidad de consumos intelectuales. No porque sea elegante sino porque es placentero. Porque se disfruta, con la misma intensidad con la que se puede disfrutar un plato de tallarines.

¡No hay una lista obligatoria de las cosas que nos hacen felices!

Algunos pueden pensar que el mundo ideal es un lugar repleto de shopping centers. En ese mundo la gente es feliz porque todos pueden salir llenos de bolsas de ropa nueva y de cajas de electrodomésticos... No tengo nada contra esa visión, sólo digo que no es la única posible. Digo que también podemos pensar en un país donde la gente elige arreglar las cosas en lugar de tirarlas, elige un auto chico en lugar de un auto grande, elige abrigarse en lugar de subir la calefacción. Despilfarrar no es lo que hacen las sociedades más maduras. Vayan a Holanda y vean las ciudades repletas de bicicletas. Allí se van a dar cuenta de que el consumismo no es la elección de la verdadera aristocracia de la humanidad. Es la elección de los noveleros y los frívolos. Los holandeses andan en bicicleta, las usan para ir a trabajar pero también para ir a los conciertos o a los parques. Porque han llegado a un nivel en el que su felicidad cotidiana se alimenta tanto de consumos materiales como intelectuales.

Así que amigos, vayan y contagien el placer por el conocimiento.
En paralelo, mi modesta contribución va a ser tratar de que los uruguayos anden de bicicleteada en bicicleteada... 

Darle cianuro a las aves

La otra vez decidí amargarme el día y me concentré en ver las noticias: me sentí completamente avasallada. No es tanto todas las barbaries e incoherencias que ocurren en nombre de la avaricia, sino todo lo que hacen los noticieros por ocultarlo, sobreinformarlo o desviar la atención, como si buscaran mantenernos en el estado depresivo en el que está esta parte de la sociedad desde hace 'eones de años'. A uno se le rompe el corazón con cada nuevo suceso violento y se va volviendo insensible frente a las desgracias ajenas, especialmente las más lejanas.

Ni siquiera sabemos cómo solventar nuestras propias desgracias. Nos sentimos tan impotentes e invisibles, que nos conformamos con traer hijos al mundo para ver si así podemos ser útiles para alguien. Esos mismos hijos a los que se les enseña que deben ser como aves: que vuelan alto, que parecen libres... ¡Hay que ver cuánta envidia hay en el ser humano! ... Con todo esto y más, no me sorprende que las religiones, las drogas, el sexo y el arte hayan tenido tanto exito como placebos.

Esperanza

Que la brisa sea mi amante y me procure orgasmos
y que se lleve la depresión de mis cabellos,
que sea tan breve que me deje añorandole
y que sea tan fuerte que arrastre con ella mis dudas.

He sido tan feliz contigo

De tanto en tanto ando traicionando mis principios, no sé si ellos sean muy elevados y no están acordes a la porquería de ser humano que puedo llegar a ser (créanme, todos tenemos potencial para ello), o es que simplemente no son mis principios, o no los siento como míos.

¿Necesito otros principios?

. . .

Se supone que si uno se desahoga se siente más aliviado... pero desahogarse no sirve para nada, no cambia nada, solo deja vacíos. Entonces uno toma la decisión, no sé si correcta, de dejarlo pasar... de acostumbrarse, de seguir adelante con una extraña sonrisa en la cara, o con la cara más seria e inmóvil que la historia jamás haya registrado (mentiras, nadie es tan extremo). Empieza a darse cuenta del verdadero valor que tienen los principios, la libertad y el amor, del valor de la gente que te rodea, que es tan maravillosa como asquerosa a la vez, todo al mismo tiempo, y toda esa complejidad es tan bacana que vives en un estado de permanente asombro, o permanente apatía.

Me siento bendecida por Dios porque aparentemente la mayoría de la gente que he tenido el gusto de conocer son personas muy bonitas, son personas excelentes, son personas retorcidas también, pero no les cambiaría nada... son esas personas las que me sacan verdaderas sonrisas, son esas las que me escuchan incondicionalmente y yo a ellos, las que me hablan con confianza y sinceridad, las que me ayudan a sobrellevar todo los vacíos.

...Y dentro de toda esa gente estás tú, con tus inquietos y misteriosos ojos oscuros, con tus reflexiones, tus críticas y tus conversaciones, con tus cicatrices, tu terquedad, tu insesante curiosidad, esa particular forma de doblar la lengua, de reir, de enojarte, de equivocarte, la seriedad de mentiritas que ni tu mismo te crees, y el fuego que enciendes constantemente (en mi) ¡He sido tan feliz contigo!

Eso también es amor...

Uno viene a este mundo y se encuentra con los padres, a los que amas aunque no sepas si es porque te nace o porque ellos mismos te enseñaron a hacerlo. Yo descubrí que amaba realmente a mis padres a los 15 años, aunque mi madre afirme que no la amo, porque mi comportamiento es muchas veces amargo, frio o inexpresivo. También amas a tus hermanos mayores y los primos con los que creciste; los amas, aunque sabes que estarás bien sin ellos. Pero mi primer amor, mi primer gran amor lo descubrí a los diez años aproximadamente, lo descubrí en una tarde calurosa de octubre, con los ojos abiertos de par en par curioseando con afán el mundo. Era mi hermano menor, y aunque lo primero que despertó en mi fue una obsesión casi incontrolable de pellizcarle los cachetes, aún sigo pensando en que es el ser más importante en mi vida y no dudaría ni un instante en seguir amándolo aunque se le diera la ventolera de ser cantante de reggaeton o gerente de un banco, solo por mencionar casos extremos.

Y con todo eso, yo no se qué es exactamente el Amor... ¿quién puede saberlo? Tengo una pareja desde hace algún tiempo y es una relación muy espectacular (o bueno, así la veo yo, quien sabe si él piense otra cosa). Y lo amo, no tengo duda en eso, y con él he descubierto tantas cosas realmente hermosas que nunca pensé que yo (un ser humano plagado de defectos, traumas e imposibilidades) hubiese podido llegar a tener/hacer/ser. Sin embargo, no lo amo todos los días, tampoco lo necesito, ni quiero verlo todos los días, aunque todos los días piense en él. Estoy segura de que él ha sentido lo mismo, y no hay problema ¿por qué se va a enojar uno por la incapacidad de tener sentimientos puros, eternos e imperturbables? ¿Por qué esperamos un amor eterno, constante e incondicional si nosotros, como humanos, no somos así? ¿Por qué exigimos lo que no damos?

Se que existe el amor, porque tengo la plena certeza de que existe el desamor  (ese es el que está azotando al mundo), y ambos van tan unidos que empiezo a creer que nadie puede saber cuál es el límite exacto en dónde empieza uno y acaba el otro, solo pueden reconocer los extremos, por el bendito afán de los humanos de absolutizarlo todo... Y está internet, lleno de muestras de Amor, de fotos de amor, de poemas de amor o de desamor, quien sabe, que en su mayoría le rinden culto al amor empalagoso y casi perfecto que nos vendió Hollywood. Y aunque quiera decir que ese tipo de amor hollywoodense es enfermo y desdeñoso, al final también es algún tipo de amor, y es válido... habrá gente que se lo tolere.

Es claro que el amor no produce las guerras, pero hay mucho amor en ellas, amor de todo tipo. Internet tiene la fuerza que no tienen otros medios, todo lo magnifica, y las cosas que ahí encuentras sorprenden o impactan tan profundamente, pero pocas son las que logran pasar a la memoria de largo plazo. Vaya uno a saber el porqué de este fenómeno, neurológicamente hablando. Ayer una amiga publicó algo en facebook, algo sobre el amor desde la perspectiva de Neil Hilborn, un poeta estadounidense que sufre de trastorno obsesivo compulsivo. Abrí el enlace escéptica y ahora se ha convertido una de esas cosas de internet que NO quiero olvidar... Aquí les comparto:


“La primera vez que la vi…
Todo en mi cabeza se silenció
Todos los ticks, las imágenes constantes desaparecieron.
Cuando tienes trastorno obsesivo compulsivo en realidad no tienes momentos callados.
Inclusive en la cama estoy pensando:
¿Cerré las puertas? Sí
¿Me lavé las manos? Sí
¿Cerré las puertas? Sí
¿Me lavé las manos? Sí
Pero cuando la vi, la única cosa en la que pude pensar fue en la curva de la horquilla de sus labios.
O la pestaña en su mejilla–
La pestaña en su mejilla–
La pestaña en su mejilla.
Sabía que debía hablar con ella
La invité a salir seis veces en treinta segundos.
Ella dijo que sí después de la tercera,
pero ninguna de las veces que pregunté se sintió bien así que tenía que seguir haciéndolo.
En nuestra primera cita,
pasé más tiempo organizando mi comida por colores de lo que pasé comiéndola o hablando con ella.
Pero le encantó.
Le encantaba que tuviera que besarla para despedirme 16 veces, o 24 si era miércoles.
Le encantaba que me tomaba todo el tiempo caminar hacia casa porque había muchas grietas en la banqueta.
Cuando nos mudamos juntos ella dijo que se sentía segura,
como si nadie nos fuera a robar porque definitivamente había cerrado la puerta 18 veces,
Yo siempre veía su boca cuando hablaba–
Cuando hablaba–
Cuando hablaba–
Cuando hablaba–
Cuando hablaba;
Cuando me dijo que me amaba, su boca se curveaba hacia arriba en los bordes.
En la noche ella se acostaba en la cama y me veía apagar todas las luces, y prenderlas, y apagarlas, y prenderlas, y apagarlas, y prenderlas, y apagarlas, y prenderlas, y apagarlas, y prenderlas, y apagarlas, y prenderlas, y apagarlas, y prenderlas, y apagarlas, y prenderlas, y apagarlas, y prenderlas, y apagarlas, y prenderlas, y apagarlas.
Ella cerraba los ojos y se imaginaba que los días y las noches pasaban frente a ella.
Algunas mañanas empezaba a besarla para despedirme y ella sólo se iba porque estaba haciéndola llegar tarde al trabajo.
Cuando me detenía en las grietas de la banqueta ella seguía caminando.
Cuando me decía que me amaba su boca era una línea recta.
Me dijo que estaba tomando mucho de su tiempo.
La semana pasada empezó a dormir en casa de su madre.
Me dijo que nunca debió dejarme apegarme tanto a ella; que todo esto fue un error,
pero… ¡¿Cómo podría ser un error que no tenga que lavarme las manos después de tocarla?!
El amor no es un error y me está matando que ella pueda salirse de esto y yo no.
No puedo–
No puedo salir y encontrar a alguien nuevo porque siempre pienso en ella.
Usualmente, cuando me obsesiono con algo, veo gérmenes escabulléndose en mi piel.
Me veo a mí mismo siendo atropellado por una infinita línea de coches.
Y ella fue la primera cosa hermosa en la que alguna vez me he estancado.
Quiero despertar todas las mañanas pensando en la manera en la que agarra el volante.
Cómo mueve las manijas de la regadera como si estuviera abriendo una caja fuerte.
En cómo sopla las velas–
cómo sopla las velas–
cómo sopla las velas–
cómo sopla las velas–
cómo sopla…
Ahora sólo pienso en quién más está besándola.
No puedo respirar porque él sólo la besa una vez­– ¡No le importa si es perfecto!
La quiero de regreso tanto que…
Dejo la puerta sin cerrar.
Dejo las luces prendidas”.

Ineludible

Tenía una gran entrada, lo juro (mentiras), pero estaba cavilando algo que consideré importante, mientras estaba en la sala de espera de una institución médica cualquiera.

Hasta que escuché mi nombre, y proseguí a entrar en ese estéril consultorio que me esperaba, para hablar con una mujer con bata de muñequitos que creía que por llamarme "amigo" con tono cariñoso, a mí se me iba a olvidar el motivo de mi visita. La mujer en cuestión era la médico (doctora no, soy receloso con ese tipo de títulos), muy amable por cierto, cosa que le agradecí a pesar de la incomodidad que me generó su trato, pues no muchos médicos mantienen el corazón tan cándido después de años de experiencia.

Después de mucho hablar, extendió su mano con un sobre cuidadosamente sellado. Lo abrí estrepitosamente y con afán, más que nada para lucirme.

. . .

—"Otra vez estoy muy decepcionado de mi, organismo malviviente"— dijo el enclenque chico cuando le dieron los resultados del examen médico.

Ser uno mismo

Las personas no son los logros académicos que obtengan, no se representan por el dinero o la cantidad de bienes, ni por los viajes o lugares que frecuenten, ni por el reconocimiento positivo o negativo de los demás. No voy a desestimar el valor del dinero y/o los éxitos profesionales, que si bien son necesarios para sobrevivir en la sociedad capitalista que nos tocó, no debería ser la finalidad de nuestra vida.

Desde que tenemos 5 años nuestros padres nos llevan a las instituciones para que nos enseñen que para ser 'alguien' en el mundo es necesario estudiar, esforzarse y ganar un cartón que asegure el futuro. Durante mucho tiempo había estado de acuerdo con eso, sin embargo, últimamente me he preguntado ¿acaso nuestro vacío como sociedad es tan grande que desde que nacemos no podemos ser considerados 'alguien'?

He observado detalladamente el mundo académico en el que me desenvuelvo, y me empieza a enfermar que cada vez que alguien pregunta ¿Qué hay de tu vida? El interlocutor empieza a hacer un recuento de los artículo y proyectos que tiene en marcha, alguna que otra cosa relacionada con el trabajo o las noticias del país, viajes realizados o algo vano sobre la familia... pero nadie responde algo del Ser. Y si esos son los adultos ¿qué se deja para los adolescentes? No me extraña que la mayoría de la gente se sienta disconforme en otros aspectos más íntimos que atañen a la humanidad. Lo más triste es que este tipo de situaciones se trasladan fácilmente a otros ambientes cotidianos, si no me cree, haga el ejercicio de preguntarle a cuanta persona se encuentre ¿Cómo te sientes hoy? Y la mayoría pondrán cara de 'que carajos respondo (!)', por ejemplo.

Ayer alguien muy allegado me preguntó (casi a modo de reclamo) que si qué pensaba yo de la vida o cuál iba a ser mi futuro, le contesté en burla que no tenía la respuesta clara dado de que no conozco bien a esa señora (la vida) y tampoco tengo un DeLorean. Pero siendo sinceros me da un poco de pavor realizar mis planes en base a los logros y satisfacciones otorgados por lo material y el reconocimiento de la sociedad. Recuerdo que la única persona que conocí, que cumplió todos los planes sobre su vida los cuales había trazado en mi agenda, tenía la mirada más melancólica y solitaria que haya podido presenciar. Espero que con el pasar del tiempo ya le haya cambiado.

Ahora estoy sentada en la sala de mi casa mientras tomo aguapanela con limón, y veo como el sol invade rápidamente mi hogar hasta que el calor se hace cada vez más insoportable. Pienso en el Yo, en la vida, en el Ser, y en el Tener... Pienso en lo afortunada que soy por poder disfrutar de esta aguapanela refrescante, una simple aguapanela que tiene detrás todo un proceso de producción capitalista de la panela, la potabilización del agua, y la recolección y transporte de limones, para que yo la pueda consumir en mi hogar mientras pienso en lo afortunada que soy por disfrutarla. Me juzgo como conformista o inconformista, cruel o realista de acuerdo a todos los puntos de vista que pretendo adoptar. Tengo la certeza de que más de uno está absorto en estos mismos pensamientos mientras viven en otros lugares del mundo, o quizás en otras épocas, me imagino a alguien tomando sake, viajando en un avión privado, jugando en la computadora del trabajo, o limpiando parabrisas en un semáforo… ¿por qué no? No obstante, siento que no he profundizado todo lo que podía o debía acerca del tema, incluso siento que he perdido la idea central. Sin conclusiones reveladoras ni controversiales sobre el tema, por aquello del subjetivismo que lo ancla en cada mente, me quedaré con aquello que Virginia Woolf dijo en una hermosa tarde de otoño con mejores palabras que las mías: "No es necesario apresurarse. No es necesario brillar. No es necesario ser nadie más que uno mismo".

Volviendo al principio

[Red Hot Chili Peppers fue el primer grupo de rock que me llamó la atención, y aunque la primera canción que escuché de ellos fue Californication, fue esta canción la que me sedujo por completo: I could have lied]

Confieso que nunca me ha gustado el Chavo del 8, porque sus personajes me resultan irritantes, hipócritas, injustos, ilógicos, marrulleros y envidiosos (a excepción de Don Ramón, al que le tenía consideración por la cantidad de injusticias con las que lidiaba), porque no toleraba sus escenarios demasiado cerrados con esa luz tenue-claustrofóbica, y sus historias cíclicas y desesperantes... todo como si fuese un pequeño infierno aquí en la tierra.

Infierno el que pasan los colombianos que piden justicia y no se les da. En este infierno no existe el sentido común pero si los abogados: si usted tiene uno bastante hábil y con influencias no lo deje escapar, ese podría ser la única opción que tenga para sentirse medianamente seguro en cualquier caso (sea la víctima o el victimario).

A este paso, empieza a parecer imposible solucionar los tantos problemas del país, del mundo. Uno ni sabe por dónde comenzar. Ya lo decía Sartre: "El infierno son los otros", es lo otro, es el todo, es uno mismo ¿por qué? Porque por más que queramos y aparentemos, no conocemos el mundo, no lo asimilamos y no entendemos cómo funciona. No entendemos cómo piensan los demás, a duras penas se entiende uno mismo... Va uno viviendo con miedo: se levanta con miedo, come con miedo, folla con miedo, camina con miedo, duerme con miedo, un miedo absurdo y casi imperceptible a lo desconocido, pero que se manifiesta con nuestra intolerancia de todos los días, con el solo hecho de burlarse del otro y llamarlo estúpido solo por no compartir el mismo punto de vista, por ejemplo. 

¿Y con ese mismo miedo nos indignamos en las redes sociales pidiendo la justicia o equidad que no otorgamos?

Toca volver al principio, volver la vista hacía uno mismo, autoevaluarse y dejar de vivir como si se estuviera en la vecindad del Chavo y uno fuera el infierno de la otra persona, empezar a ver a los otros como 'iguales', y tal vez así podríamos ir a Acapulco. 

Tú que me lees ¿Ahora entiendes?

Here we go again

James Blunt - Same Mistake
Deslizo mi mano por tu pecho, pasa justo sobre tu corazón, y me asusto al sentirlo ahí, latente, frágil. Inmóvil frente a mi, me miras a los ojos buscando una respuesta, no la hay; comprende, solo estoy yo con mi mente en blanco y mi deseo efervescente, entonces empieza nuevamente el juego, y levanto suavemente las piernas. Entras. Sales. No pares. Me encanta...

Cuantos corazones rotos hay por doquier...

En tus ojos

Es tan difícil dejar ir al amor, no así a la pareja.

Avisas que te vas, muy lejos, y desde ya te extraño. Me quedo ensimismado viendo niños jugar y los envidio, los envidio por la facilidad de sus vidas, los envidio mientras pienso en ti, en jugar contigo, tal vez bajo las sábanas. Me convenzo que es mejor para mi tenerte lejos, te echo la culpa de nuestro fracaso aunque se que la culpa es mutua. Tengo ganas de buscarte, de impedirlo, de abrazarte mientras empacas y pedirte que por favor no lo hagas... No te vayas. Pero me quedo pasmado, inmóvil, evitando tu mirada, tu reproche, porque se que en el fondo no te quiero dar lo que tú exiges de mi.

Con que así se siente la tristeza...

De la paz al silencio

No hablar es delicioso. Delicioso y subvalorado. Las personas irrumpen el ambiente con bullicio, con cantos, con conversaciones, con esa necesidad de sentirse rodeados. Pocos somos los que nos sentimos felices y asombrados escuchando el palpito del corazón, las manecillas del reloj, el sonido del cabello contra la almohada, el viento golpeando la ventana, el follaje de un árbol distante, la lluvia, el tráfico, el jadeo de un perro...  Sabes que has encontrado a esa persona ideal cuando no es tan necesario hablar para comunicarse.

Y se que soy una persona afortunada por poder sentir eso, aunque la gente confunde mucho el ser de pocas palabras con el estar aburrido, desentonado, analizando, o ser un oyente incondicional. Nada más lejos de la realidad. Aveces me da nostalgia porque quisiera que otros asimilaran mejor ese tipo de cosas (sin tener que ser o actuar como un estúpido hippie drogo), y no se perdieran para siempre en conversaciones vacías y cotidianas.

Incluso, hay quienes llegan a parlotear desesperadamente para llamar la atención, o despertar admiración de todos los presentes obteniendo como resultado todo lo contrario... ¿Por qué tienen esa necesidad? ¿Tiene baja autoestima? ¿Acaso les tiene sin cuidado el valor del anonimato y la poca libertad que se obtiene con él? ¿Acaso nadie les ha hecho saber cual es la diferencia entre algo forzado y algo natural?

El valor de las cosas se aprende cuando estas se pierden, eso lo sabe todo el mundo pero se les olvida. El valor de caminar despreocupadamente por las calles lo aprendí después de que me atracaron, el de 'pasar desapercibido' lo aprendí cuando empecé a ejercer la docencia, y no había un dichoso lugar en esta dichosa ciudad en dónde no me encontrara a un dichoso estudiante de los chivatos. Pasa uno de ser anónimo a ser tachado de insolente (irreverente no, odio esa palabra). Pasa uno haciendo concesiones con la ilusión de poder adaptarse algún día.

[Para disfrutar con los ojos cerrados Tchaikovsky - 1812 Overture]